KRAMER CONTRA KRAMER: EL IMPACTO DEL DIVORCIO EN LOS HIJOS

Esta es una película impactante y tierna, dirigida en 1979 por Robert Benton, que cuenta con Dustin Hoffman y Meryl Strepp, y que nos cuenta como Ted Kramer, un joven ejecutivo, es abandonado por su mujer, Jane Kramer, cuando el hijo de ambos, Billy,  tiene 5 años.

Jane, no está feliz en su matrimonio con Ted, hace tiempo que sufre en silencio, quiere retomar el control de su vida, trabajar, volver a encontrarse con ella misma, y dejar de estar para todos como madre, esposa e hija.

La única forma en que Jane se siente capaz de reencontrarse con ella misma es marcharse, así que Ted, tiene que compatibilizar su trabajo con la crianza de su hijo, lo que le lleva a estrechar mucho más el vínculo afectivo con él y darse cuenta de la importancia de su papel como padre y de los sentimientos de fragilidad, miedo, inseguridad y culpa que han dejado en Billy, la partida de su madre.

Cuando Billy y Ted han conseguido reponerse del abandono, tras año y medio, la madre reaparece, ahora se vuelve a sentir ella misma y se siente segura y competente en su papel como madre, así que quiere la custodia de Billy, pero Ted sabe que volver a separar a su hijo de él, sería algo irreparable.

La película tiene una música preciosa de Vivaldi y de Henry Purcell, además ganó cinco óscars: mejor película, guión, actores y director.

Los niños sufren mucho cuando los padres deciden divorciarse, es importante que los padres puedan preparar a sus hijos, para acompañarles en las emociones dolorosas que van a sentir, pues a menudo se sienten responsables, malos, culpables, tienen miedo al abandono y conductas regresivas (eneuresis, pesadillas, falta de apetito, fracaso escolar, rabietas, mutismos), y cuando son adolescentes y preadolescentes, pueden tener problemas de autoestima, relacionales, y lastimarse, o creer que nadie les querrá.

En otros casos los hijos se sobreadaptan y hacen todos los papeles que los padres necesitan para reponerse, les escuchan, son buenos hijos, les acompañan, incluso se alian en contra del otro progenitor.. pero en el fondo, esto es una sobreadaptación para sentirse incluidos y queridos, pues llevan mucho dolor y es necesario poderlo exteriorizar.

Es fundamental que ambos padres puedan seguir en contacto con sus hijos, facilitar la expresión emocional de sentimientos penosos tales como la protesta, la ira, la pena, hasta llegar a la aceptación, y poder adaptarse a los cambios que vayan a ocasionarse en su vida.

El final de Kramer contra Kramer es un canto a la bondad y a la generosidad, y un buen mensaje para evitar las peleas estériles, y pensar sobre todo en el bienestar de los hijos, antes que en el de uno mismo.



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