LA EXTRAÑA PASAJERA: CÓMO AFRONTAR A UNA MADRE TIRÁNICA

La extraña pasajera (1942), basada en la novela Now, Yoyage de Olive Higgins, cuenta la historia de Charlotte (Bette Davis), la hija pequeña de los adinerados Vale, y su interdependencia materna.

Charlotte, es la pequeña de cuatro hermanos, y la única mujer. Charlotte fue una hija no deseada por su madre, y además queda sola con ella. Al ser la única mujer y quedarse viuda su madre, esta sometida a una dependencia extrema de ella, con humillaciones, mandatos, y creencias sobre la vida, el amor, la sociedad. y las relaciones, que la enferman emocionalmente hablando, y físicamente (sobrepeso, molestias, dolores).

Charlotte, madura sin apenas salir de casa, ni relacionarse, lo que la llena de miedos, inseguridades, inhibiciones, bloqueos y complejos, haciéndola una mujer de carácter difícil, resentida y amargada, por seguir bajo el yugo de su madre, y con hostilidad hacía el mundo. A Charlotte el sentimiento de que la vida le ha arrebatado su juventud, belleza y libertad, la deja condenada al aislamiento y la sensación de fracaso, pero también de culpa, por no llegar nunca a poder satisfacer las expectativas maternas, y no conocer sus propios deseos.

Gracias al tratamiento del Dr Jaquith, un psiquiatra experto en familias difíciles, ella logra recuperar poco a poco la confianza en si misma, en los demás y en el mundo. El Dr le hace ver la importancia de valorarse, cuidarse, tener autoestima y amor propio, y también como es importante que ella se incluya, con simpatía, amor, interés e ilusión por los demás. Poco a poco ella gracias a la relación de apoyo con su doctor, se anima a abrirse a nuevas experiencias sociales y afectivas, y también a poner límites a su amargada madre, que no deja de manipularla, para tenerla cercana.

Tras el ingreso de Charlotte en un sanatorio, ella hace un crucero sola y conocerá al amor de su vida, un hombre parecido a ella, pues esta tiranizado por su mujer y es padre de dos hijas, una de ellas con el mismo problema que Charlotte. En el crucero, ella pierde sus miedos a amar y ser amada, siendo esta experiencia, algo que repara el daño de no haber podido ser querida por nadie antes.

Al regresar a casa Charlotte debe hacer frente a la hostilidad de su madre, con diplomacia, astucia y cariño, logrando domarla en el buen sentido, y mejorando mucho la relación entre ambas.

Sorprendentemente en el final, ella llega a ser feliz, aceptando que la vida no siempre es "llegar a la luna", cuando se "tienen las estrellas".

Muy recomendable para mujeres que tienen dificultades con sus madres por ser dominantes, frías, distantes y controladoras!!